Según
algunos autores nació hacia el año 280 en Siria,
y según otros en Capadocia (Turquía). Sus padres,
de acuerdo a la tradición, eran labradores y ricos;
por lo que Jorge recibió una buena instrucción,
además de una buena educación cristiana. En
otras versiones de su historia, se dice que su padre era militar
y que por ese motivo siguió sus pasos.
Jorge sirvió
en el ejército romano, y logró ser nombrado
capitán de la guardia del palacio que el emperador
Diocleciano poseía en la ciudad de Nicomedia. A comienzos
del siglo IV este mandatario adoptó ciertas medidas
para eliminar del ejército de oriente todo lo referente
al cristianismo, por lo que muchos soldados decidieron renunciar.
Se publicó
en la ciudad de Nicomedia un edicto que ordenaba la demolición
de las iglesias y la expulsión de todos los cristianos
de las dignidades y cargos administrativos. Y así poco
a poco se fueron haciendo cada vez más crueles represalias
contra éstos, extendiéndose la persecución
por toda Asia menor.
Indignado con esta
tiranía, Jorge decidió defender públicamente
su religión. Repartió sus bienes entre los pobres,
y dio libertad a los pocos esclavos que a su servicio tenía.
Defendió con una valentía poco vista la causa
de los perseguidos ante el consejo de dignatarios y jefes
militares convocado por Diocleciano, y afirmó a viva
voz que su religión era única y verdadera, y
que no se podía rendir culto a los ídolos.
Se presentó
al emperador y declaró que era cristiano, éste
sorprendido intentó convencerlo de adorar a los dioses,
prometiéndole grandes distinciones y dignidades; y
lo amenazó con durísimas penas si no realizaba
ese mandato. Pero el capitán Jorge afirmó que
él nunca dejaría de adorar a Cristo. Entonces
el emperador le declaró la pena de muerte. A consecuencia
Jorge sufrió el martirio: azotes, garfios de hierro
que le arrancaban la carne, baños de cal viva, introducción
en un tonel lleno de agudos clavos. éste sufrió
todo sin emitir una sola queja, y contemplaba con admiración
cómo se curaban milagrosamente sus heridas.
Luego
el emperador pronunció la sentencia final. El Santo
fue atado a un caballo y arrastrado así por las calles
de la ciudad. Después fue decapitado. Su cuerpo se
trasladó más tarde a Lydda, población
de Tierra Santa, como, supuestamente, él había
dispuesto.
San Jorge es o
fue santo patrón y protector de diversos países,
regiones y ciudades: la Corona de Aragón, Inglaterra,
Portugal, Georgia, Lituania, Génova, Reggio di Calabria,
Moscú, Cáceres, etc.
Es uno de los santos
caballeros, protector durante la Edad Media de este estamento.
En Rusia se empleó como principal emblema de sus ejércitos.
En Inglaterra y Provenza se usaba su nombre como grito de
guerra.
Varias órdenes
militares portan su nombre o sus símbolos: la Orden
de la Jarretera, la Orden Teutónica, la Orden de Calatrava,
la Sacra Orden Constantiniana, la Orden de San Jorge de Alfama,
entre otras.
También
es patrono de diversas otras profesiones y actividades: agricultores,
soldados, arqueros, prisioneros, herreros, gentes del circo,
escultistas (Scout), montañeros, etc.
También
es protector de los animales domésticos. Su nombre
es invocado contra las serpientes venenosas, las enfermedades
de la piel, el herpes, la peste, la lepra y la sífilis,
y en los países eslavos contra el mal de ojo.
San Jorge mártir
también es el patrón de Alcoy, ciudad situada
en la Comunidad Valenciana destacándose como las fiestas
de moros y cristianos más conocidas del mundo, declaradas
de interés turístico internacional en 1980.
De
acuerdo a la leyenda contada por Jacobus de Voragine,
la historia de San
Jorge y el Dragón tomó
lugar en Libia. Un pueblo de la localidad tenía
un lago que era plagado por un dragón, y para
calmar su ira el pueblo le daban ovejas y una virgen
como sacrificio, todos los días. Las vírgenes
eran escojidas por medio de una lotería, y
el día en que la princesa fue elejida, el rey
intentó comprar su libertad ofreciendo toda
su plata y oro; pero el pueblo rechazó la oferta.
San Jorge
se enteró de lo sucedido, y decidió
ir a caballo al lago. El miedo se quiso apoderar de
él, pero hizo la señal de la Cruz, y
se llenó de valor. Con la ayuda de la princesa,
San Jorge logró ajustar la corona de ella alrededor
del cuello del dragón, y lo obligó ir
al pueblo, como si fuese un perro tirado por correa.
San Jorge
le dijo al pueblo que si ellos no se convertían
al Cristianismo, dejaría suelto a la bestia.
Por lo cual todos los habitantes accedieron para evitar
tal calamidad, y se bautizaron. Nuestro heroe entonces
sacó su espada, y dio fin a la existencia del
dragón. Donde murió la bestia, el rey
construyó una iglesia bendecida por la Virgen
María y San
Jorge. De las aguas de sus fuentes,
se curaron todas las enfermedades.
San Jorge vivió en la Capadocia alrededor del siglo IV, estuvo alistado
en el ejército romano del eperador Diocleciano y fue cristiano en
secreto. En 303, al producirse una de las persecuciones de cristianos
más importantes del Imperio Romano, Jorge se negó a atacar a los
seguidores de Jesús, contraviniendo las órdenes recibida. Fue torturado
por desobediencia, y según su historia soportó el tormento con
estoicismo. Finalmentre fue decapitado por su traición al imperio. Baden Powell eligió a san Jorge como patrón de los scouts de todo el mundo. En “Escultismo para muchachos“ escribió lo siguiente sobre el santo: "San
Jorge, porque éste era el único santo a caballo. Es el santo patrón de
la Caballería y de Inglaterra. También es el santo patrono universal de
los Scouts, por tanto, todos ellos deben conocer su historia."